La fiebre tifoidea es causada por la bacteria Salmonella typhi, pariente cercana de Salmonella typhimurium, el agente
causante de la salmonelosis. S. thypi se
contrae al ingerir agua o alimentos que contengan la bacteria y se puede
contagiar vía fecal-oral, lo que significa que una persona infectada con
hábitos “poco higiénicos” puede contagiar a otras personas si, por ejemplo, tratara
físicamente con algún alimento que éstas vayan a ingerir. Bien, resulta que
Mary Mallon era cocinera y, además, fue la primera persona en ser diagnosticada
como portadora asintomática de fiebre tifoidea.
En aquella época todavía no existían evidencias de que un
individuo sano pudiera ser portador de una determinada enfermedad sin que esta
le afectase por lo que a nadie se le pasó por la cabeza sospechar de aquella
joven cocinera irlandesa que gozaba de buena salud. Al menos hasta que George
Soper, un investigador de salud pública contratado por una de las familias
afectadas, se dedicó a realizar pruebas a todas aquellas personas que hubiesen
estado en contacto con sus clientes previamente a que éstos enfermasen.
Cuando le llegó el turno a la cocinera, Soper trató de
localizarla y descubrió que el resto de familias para las que había trabajado
también habían contraído la enfermedad e incluso se habían producido casos de
muerte. Al fin dio con ella y trató de convencerla para que se sometiera a los
análisis pero Mary se negaba a aceptar que ella pudiera ser la causante de
aquellos brotes. De hecho hicieron falta cinco policías para conseguir sacar a
Mary (que se defendía con uñas y dientes) de su casa y obligarla a ser
examinada por una doctora.
La prensa habla de Mary Tifoidea |
En 1915 tuvo lugar un nuevo brote de fiebre tifoidea en un
centro de maternidad neoyorkino y, de nuevo, todo parecía señalar como culpable
a una cocinera que decía llamarse Mary Brown. Efectivamente, Mary cambió su
apellido para continuar trabajando como cocinera sin que se la relacionase con
Mary Tifoidea. Esta vez Mary Mallon fue confinada de por vida a North Brother,
donde murió de apoplejía en 1938.
Espero que la historia de Mary no os haya quitado las ganas
de cenar en vuestro restaurante favorito. Afortunadamente, los sistemas de
control de calidad y sanidad con los que contamos a día de hoy son mucho más
eficientes que los de aquella época. Aún así, la problemática que se da en esta
historia todavía está lejos de resolverse. Existen una gran cantidad de
enfermedades que pueden contagiarse por medio de portadores asintomáticos. Un
ejemplo claro son las conocidas enfermedades de transmisión sexual, uno de los
grandes problemas de salud pública de nuestro tiempo. Es por ello que siempre
es recomendable realizarse análisis periódicos en centros especializados. Al
fin y al cabo, saber que lo tienes no va a hacer que dejes de tenerlo, pero
puede evitar que otra persona se contagie.
¡Qué tal, Germán!
ResponderEliminarVaya historia. Lo que no entiendo es cómo se la dejaba cocinar en esas condiciones, aunque fuera solo por saber que luego te lo ibas a comer, o a lo mejor no, claro, claro que no sé en qué condiciones se cocinaría entonces, porque la higiene…
Es que en ese entonces no se sabía que por medio de la manipulación de alimentos se pasaba esa bacteria. Si sabían que se pasaba por algún lado pero no el mecanismo de acción del patógeno. Este es un claro ejemplo de una persona portadora y asintomática.
EliminarGuaaaaauuu. Q bien escrito. Muy detallado. Mas q en Wikipedia. Gracias
ResponderEliminarespero que no exista otra mary tifoidea...
ResponderEliminaral menos en mi ciudad
Esta historia la he conocido hoy y me ha sorprendido, la efectividad del sistema sanitario de finales del siglo 19 y principios del 20. Hoy día a 17 de julio de 2014 con tantisima legislación e infinidad de presedentes, puedes adquirir un certificado de manipulador de alimentos por 50 euros. Dramatico ya que cualquiera puede ser Mary sin saberlo, y el sistema sanitario actual lo permite...
ResponderEliminarClaro, porque la vieja era cocinera y contaminaba.
ResponderEliminarHay un dicho o refrán que dice: "no orines donde comes". Sin embargo, no es precisamente la orina lo que transmite la salmonella, che.
No hay que cacariarse en los demás.
Lo que pasa es que, cuando uno toca los alimentos, debe estar bien limpio y no haber entrado en contacto previamente con la caca, che...
Los huevos transmiten esa bacteria, porque pueden haber tenido restos de heces del animal que los puso o de una persona que ha ido al baño antes de tocar la comida ¡che!
En este caso, después de ir al baño, siempre hay que lavarse las manos antes de tocar los huevos, antes de que éstos entren en contacto con la boca de las personas que se los van a comer.
Porque no es cuestión de decir que les chupa un h**** lo que le pase a los demás.
Jejeje. Un chistecito en el buen sentido del humor.
Jugando al huevo podrido… se le tira al distraído… El distraído no ve; ¡y huevo podrido es!
(Pero en este caso no se lo tiran, se lo hacen comer)
Que increíble que una sola mujer pueda ser la causante de toxiinfección por Salmonella en diferentes momentos.
ResponderEliminarAún si no se padece enfermedad, pero se tiene contacto con alimentos, el buen lavado de manos, es vital. Los que cocinamos tenemos que ser responsables, aunque sea sólo para la familia.
ResponderEliminarAún si no se padece enfermedad, pero se tiene contacto con alimentos, el buen lavado de manos, es vital. Los que cocinamos tenemos que ser responsables, aunque sea sólo para la familia.
ResponderEliminarAún si no se padece enfermedad, pero se tiene contacto con alimentos, el buen lavado de manos, es vital. Los que cocinamos tenemos que ser responsables, aunque sea sólo para la familia.
ResponderEliminarEstá muy bien ilustrado en la serie "The Knick". Una historia que da que pensar.
ResponderEliminar